Las Cosas que No se Tocan
OBRA #2
Mauricio Candussi, Romina Castiñeira y Sofia Abt
Macanudo No Bar, Baigorri 512, Córdoba, Argentina
“Las Cosas que NO se Tocan” es un proyecto artístico cultural ideado y coordinado por Camila Lukasiewicz y llevado a cabo por MACANUDO NO BAR.
Ph: Camila Lukasiewicz
El proyecto plantea la creación de 4 instalaciones artísticas, site-specific, en una de las salas del bar. El carácter innovador de este proyecto reside en que cada instalación es creada y diseñada por un grupo de trabajo interdisciplinario conformado cada uno por dos artistas plásticos y un músico. Las obras son pensadas según la temática planteada: las sensaciones, y bajo la premisa de poner al visitante en un lugar en donde solo le reste sentirse. La finalidad de las obras entonces es generar en el visitante un despertar sensorial, que le permita hacerse consciente de sus propias sensaciones, de sí mismo.
Cuando hablamos de las cosas que no se tocan nos referimos a las cosas que vivenciamos, que sentimos; aquellas intangibles que hacen que tu realidad, tus decisiones, tu ser se haga más dramático y verdadero. Son esas que necesitan de vos en el esplendor de tu subjetividad. Aquellas cosas que al experimentarlas nos acercan al despertar de la vida, a la autenticidad de ser quienes somos; un todo completo en sí mismo, un entero que está.
Se suma al colectivo de artistas el Chef de Macanudo no bar, Daniel Bordon, quien como artista culinario y a través de la degustación de sabores diseña un platillo específico para cada obra en relación directa con el concepto de la misma.
En OBRA #2 los artistas trabajan desde el concepto de Naturaleza:
El espacio condiciona las percepciones que tenemos del mundo, la poética y el misterio intransferible de la contemplación, la comunicación, el estimulo y el vínculo de las cosas.
En la intemperie, en la oscuridad, hay alimañas, tormentas eléctricas, aparatos electrónicos que funcionan mal y hacen interferencia, la presencia humana es evidente y clara…
Por un lado, los sonidos y las imágenes que existen. Y por el otro, la presencia del hombre que esta allí para decodificarlos.
Existe la necesidad de poseer un código cultural, sensorialmente introspectivo, un bagaje de ideas sobre la existencia, donde la tormenta es la ciudad, que aunque simule esconderse, sigue allí.
La Naturaleza aparece con calma, apacible, misteriosa.
El sistema se realiza constantemente así mismo identificando patrones y retroalimentándolos nuevamente al sistema.
La belleza de la contemplación, lo intangible y la profundidad del pensamiento, solo son posibles cuando podemos percibirlos desde afuera.